Museos públicos,
museos nacionales. Arte y discursos de nación. Las épocas de las revoluciones y
la democratización de la cultura: el museo como un espacio de sociabilidad y
circulación cultural.
BRITISH MUSEUM, MUSEO DE LOUVRE, MUSEO NACIONAL POLACO
Los alcances y funciones de los museos en los últimos tiempos han estado sujetos a innumerables cuestionamientos. Para el presente
ensayo se tomará como referencia textos de Krzysztof
Pomian Museo, Nación, Museo Nacional
y de Elian Hooper-Greenhill Museums and
the shaping of knowledge, para a través de algunas de sus posiciones, hilar
las transformaciones dentro de las organizaciones museales, su proyección y
pertinencia en los tiempos actuales.
Los
“museos nacionales” son depositarios de las colecciones y patrimonio representativo
de un país. Sin embargo, en la práctica esa intención se cumple de muy
distintas maneras. Pomian inicia su artículo contextualizando
la creación de los grandes museos nacionales como el British Museum, el Louvre,
los museos de historia nacional en Francia y el Museo Nacional Polaco en Suiza.
BRITISH MUSEUM
La
tradición iniciada por los patricios en Venecia en el siglo XVI, de donar
colecciones a la República, garantizaba a sus propietarios originarios la
pervivencia de sus bienes, la continuidad del apellido, pero sobre todo significaba contribuir a la
construcción del patrimonio del Estado. Italia no estaba conformada aún como
país, por ello las colecciones se donaban a la ciudad, símbolo de la Patria
para los venecianos. Un siglo después esta modalidad pasó las fronteras y llegó
hasta Gran Bretaña. En el siglo XVII Gran Bretaña tenía particularidades
geográficas muy parecidas a las de Italia, pues era una región conformada por
cuatro países. Inglaterra era parte de la Gran Bretaña y los fondos que pasaron
al British Museum provenían de la colección particular del inglés Sir Hans
Sloane. El British Museum fue creado por el Parlamento y sería el “primer museo
nacional de Europa”, considerado al mismo tiempo un bien patrimonial abierto al
público para la generación de conocimiento.
Es
importante precisar de qué manera influyen las particularidades geográficas e
históricas de los países que conforman una gran nación como Gran Bretaña, en especial
por la significación y los alcances de un museo nacional, cuando los fondos
proceden exclusivamente de uno de sus países más dominantes, en este caso Inglaterra.
Como refiere Pomian, ¿el British Museum es representativo de todos los
países que integran la Gran Bretaña o es solamente una colección de Inglaterra
para la Gran Bretaña? La pregunta surge especialmente porque la colección en sus orígenes era privada.
Por otro
lado, el autor refiere las motivaciones políticas por parte del Parlamento de invertir
en una institución dedicada a las artes y a la conservación de objetos raros.
Era un museo nacional que mostraba valores universales,
civilizatorios y elitescos, propósito suficiente para adelantar la creación del
British Museum.
EL LOUVRE Y LOS MUSEOS DE HISTORIA NACIONAL EN
FRANCIA
Para Pomian
cualquiera de las denominaciones que pudiera haber tenido desde sus inicios el
Louvre, siempre estuvieron dentro de los límites del museo nacional, con la
proyección de sus colecciones similar al del British Museum, es decir, un museo
depositario de la cultura universal y especialmente de la europea. Sin embargo, en este punto el
autor cuestiona que quizás más representativo de la cultura francesa es el
Museo de los Monumentos Franceses de Alexandre y el Museo de Antigüedades Nacionales
porque sus colecciones responden a la idiosincracia y arte francés desde sus
orígenes. Ello pone en cuestionamiento qué es entonces en realidad un “museo
nacional”, si los edificios que conservan la historia nacional y local o los
edificios que depositan la memoria universal, y por ende elevan el prestigio de
la nación ante otros.
Esto lleva a tocar otros aspectos como la “presencia” de los museos nacionales pues no
siempre están ubicados en las capitales, no son los más importantes o los que
tienen las mejores colecciones, o los mejores presupuestos, incluso algunos funcionan
en ciudades del interior o están en lugares poco visitados. Que sean nacionales
no quiere decir que sean los más representantivos de un país. Asimismo, no
todos los museos nacionales dependen de la nación o del Estado, sus orígenes han
sido muy variables, a veces dependen de instituciones privadas.
EL MUSEO NACIONAL POLACO Y LA IDEOLOGÍA NACIONAL
Otro caso
que menciona el autor es la creación del Museo Nacional Polaco en Suiza. Por
estrategias políticas se crea como símbolo de unión y para mantener viva la historia del pueblo polaco. Mostraba la identidad de un país a través de sus objetos
históricos y bélicos, para recordar lo que Polonia era y hacia dónde quería ir.
En
general estos museos eran garantes de la ideología nacional, de la historia
local, focalizaban visualmente hacía dónde apuntaba la nación y de dónde venía,
su historia, sus orígenes. En medio de este panorama surge la pregunta de cuál
es la naturaleza de los museos nacionales y si representan la realidad de la
nación.
DOS TIPOS DE MUSEOS NACIONALES
Las experiencias
de los museos mencionados y los orígenes de sus colecciones y a quiénes
representan pone en evidencia dos tipos de museos nacionales: los que reúnen
obras que resaltan la cultura universal y aquellos que más bien reconstruyen a
través de sus colecciones las historias locales y nacionales. Ello
tiene incidencia en dos visiones generales sobre la proyección de las
instituciones. Según el autor esto se refleja en los museos nacionales
“universales” porque construyen relatos y resaltan las semejanzas en las
producciones artísticas y culturales con otras naciones; mientras que los museos
nacionales “locales” evidencias las diferencias que tienen con los otros
pueblos, es decir, lo que los identifica y los hace distintos y quizás únicos.
Para Pomian “… El futuro de los museos nacionales dependerá de las
transformaciones que afecten las maneras de estudiar, pensar y visualizar la
historia, y de las formas que tome la conciencia de los diferentes pueblos…”.
Con las
referencias dadas por el texto de Pomian sobre el surgimiento de los primeros
museos europeos, vale la pena adentrarnos en los cambios que en los últimos
años ha tenido esta institución y qué se espera de ellas. A tal fin, tomaremos
como base algunos extractos del texto de Elian Hooper-Greenhill Museums and the shaping of knowledge.
El autor inicia
sus comentarios aclarando que ya no son los museos nacionales como el British
Museum los templos de la cultura. Los grandes edificios que albergaban las
colecciones han cambiando sustancialmente y hoy incluso una casa, un barco, un
castillo o una prisión pueden contener colecciones. Los cambios que se han
emprendido en los últimos años en los museos, han tenido detractores especialmente
por parte de aquellos que mantienen una visión conservadora heredada de esos
primeros recintos. Los museos no han tenido una única manera de operar, sus
funciones y objetivos se han modificado de acuerdo al contexto y a las
variables políticas, sociales y económicas que inciden también en su funcionamiento
y alcances. Ahora es un recinto más cercano a las instituciones educativas con un papel más activo en la generación de conocimientos y formación de los
ciudadanos.
Esos
roles y funciones del museo dentro de una comunidad están en el tapete de
discusión. Los museos, sus colecciones, personal y edificaciones que requieren
grandes inversiones han sido cuestionados por los limitados alcances de sus
labores y la proyección en la sociedad. Algunos defensores colocan su valor en
su rol educativo y comunitario, y como un espacio capaz de propiciar en las
personas “cambios en la visión del mundo”.
La
pregunta entonces es qué tipo de conocimiento se debe impartir en el museo, cuáles
son sus alcances y de qué manera pueden impactar en las percepciones de sus visitantes. En este punto precisamente radican las objeciones. El autor se
interroga sobre qué entendemos por conocimiento en los museos, cuál es el rol
del visitante, cuál es el rol del curador, cómo se construye un relato
curatorial, las relaciones entre el visitante, el espacio, el tiempo y el
objeto, y finalmente qué consideramos como museo.
Los
cuestionamientos han llegado hasta la organización interna, al personal que a
veces es poco crítico con las funciones que desempeña en estas instituciones,
a los curadores que ven sus prácticas como algo improductivo que no tiene el
suficiente alcance y proyección en la sociedad. Incluso algunas instituciones
trabajan sin objetivo claros. La falta de estudio sobre estos aspectos son
considerados por el autor como una de las principales causas del fracaso en la
definición real del problema.
Los
museos crean identidades. Las decisiones relativas a cómo
colocar los objetos en diálogo entre sí está determinado por el relato
curatorial que se quiere mostrar, por las prácticas curatoriales específicas de
cada institución, las condiciones físicas de los objetos, y los intereses,
entusiasmo y experticia de los curadores. Los museos modernos son
herederos del renacimiento, pero ahora tienen un doble papel, exhibir
colecciones que ya han sido investigadas para hacer accesible esos
conocimientos.
Por: Anny Bello
Bibliografía
POMIAN, Krzysztof, “Musée, Nation, Musée Nacional”, en Les Débats, nº 65, París, Gallimard,
mayo-agosto de 1991.
HOOPER-GREENHILL,
Eilean, Museums and the Shaping of
Knowledge, Londres y New York, Routledge, 1992.
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